Las sucesivas ediciones de los talleres han servido para reflexionar sobre distintos aspectos generales del desarrollo territorial. En el eje temático de Economía, hemos apreciado cómo el modelo español, y berciano, de crecimiento se ha basado en actividades de bajo valor añadido, muy intensivas en energía y recursos. Asimismo, los análisis realizados mostraron con toda crudeza la gravedad de la situación, y también que se están abriendo camino nuevas actividades que serán la base del desarrollo futuro. Una de esas posibilidades es la Industria Agroalimentaria, un conjunto de actividades que podrían considerarse “maduras” dadas las características de sus procesos y productos, y que sin embargo se encuentran en pleno proceso de transformación. Apreciamos la emergencia de los “alimentos funcionales” en tanto que las marcas blancas, herederas de los productos a granel, se convierten en las más vendidas. Mientras asistimos a un constante aumento de las marcas e indicaciones de calidad de todo tipo de productos, así como de las contraetiquetas de certificación, registramos las quejas de un creciente número de productores de materias primas sobre unos precios que, según ellos, no cubren sus costes.
[…]